Desde que a finales del siglo XIX la Confederación Mundial de las Misiones instó a los países occidentales a iniciar una política de prohibición del cannabis, la guerra contra las drogas no ha hecho otra cosa que demonizar a una planta cuyos usos se han demostrado beneficiosos en determinados aspectos.
“La ONU finalmente elaboró un Tratado Internacional sobre el control del cannabis, no solo con la intención de impedir su comercio y cultivo, sino extendiendo su persecución hasta los consumidores finales en 1988”, afirman desde ARAFAC.
En diferentes países europeos, latinoamericanos e incluso en Estados Unidos, se ha legalizado el cannabis para su uso terapéutico e incluso recreativo. La demostración de los beneficios que esta planta tiene para el tratamiento de algunas enfermedades, dejan patente que su prohibición únicamente tiene que ver con las políticas interesadas de los países en cuestión.
Con motivo de la celebración de la Sesión Especial de la Asamblea General sobre Drogas 2016 (UNGASS) por parte de los Estados miembros de las Naciones Unidas, y que se celebra actualmente en Nueva York, desde ARAFAC “apoyamos esta oportunidad para actualizar la regulación sobre las drogas”.
“Hay que replantearse esta guerra absurda contra tantos y tantos usuarios, ya sean lúdicos o terapéuticos, que buscan estar dentro de un marco de seguridad que los ampare y los contemple”, indica el colectivo.
Con estos argumentos, ARAFAC ha celebrado una marcha “para reclamar unos derechos que nos fueron arrebatados hace ya mucho tiempo”. Los resultados de esta guerra contra las drogas “han consumido demasiados recursos y causado más daños que soluciones”, sin que ello haya evitado que los consumidores que así lo desean, sigan haciendo un uso responsable del cannabis.
Dicha manifestación reivindicativa de carácter informativo y festivo se celebró bajo el nombre Cannabis Parade Zaragoza 2016, “intentando aportar desde esta ciudad, sus ciudadanos y los diferentes colectivos simpatizantes, nuestro apoyo hacia la normalización y legalización de los múltiples usos del cannabis”.
Sin embargo, en el Estado español “seguimos con leyes preconstitucionales y desactualizadas que impiden que los ciudadanos puedan beneficiarse de las cualidades de esta planta”, señalan desde ARAFAC.
El uso del cannabis en el ámbito personal y privado sigue estando perseguido y penalizado, aún cuando está demostrado en numerosos y diferentes estudios que los perjuicios son mínimos siempre que se hagan desde un consumo responsable.